Terapía fotodinámica: un enfoque avanzado para el tratamiento del Cáncer de Piel y las Queratosis Actínicas

La Terapia Fotodinámica (TFD) representa un procedimiento terapéutico de vanguardia en dermatología, empleado con éxito en el tratamiento de numerosas patologías, incluyendo neoplasias cutáneas y lesiones precancerosas como las queratosis actínicas. Sin embargo, es fundamental que si van a realizarte este tratamiento tu dermatólogo entienda a fondo esta técnica y sus aplicaciones. El Dr. Darío de Perosanz ha realizado su tesis doctoral acerca de la TFD en el tratamiento de las queratosis actínicas, por lo que conoce en profundidad las indicaciones, contraindicaciones, ventajas y desventajas de esta técnica. A continuación, se aborda la naturaleza y funcionamiento de la TFD, así como sus indicaciones y limitaciones.

¿Qué es la Terapia Fotodinámica?

La TFD es un procedimiento terapéutico que combina la aplicación de una sustancia fotosensible con la exposición a una fuente de luz especial. Esta combinación permite destruir de manera selectiva las células alteradas, como las presentes en el cáncer de piel y las queratosis actínicas.

¿Cómo funciona este proceso?

La TFD es un proceso “fotobiológico”, es decir, implica la presencia de luz que activa reacciones biológicas en el organismo. Se basa en la interacción de tres elementos esenciales: una sustancia fotosensible, oxígeno y una fuente de luz específica. La sustancia fotosensible es administrada tópicamente en forma de una crema, y se acumula preferentemente en células anómalas. Una vez ha sido absorbida en la piel del paciente, se expone a una fuente de luz con una longitud de onda específica que activa el fotosensibilizante, desencadenando una cascada de reacciones que resultan en la generación de radicales libres de oxígeno. Estos radicales inducen daño celular selectivo en las células en las que ha sido absorbido el fotosensibilizante, preservando el resto.

¿Cuáles son los pasos de la Terapia Fotodinámica?

  1. Aplicación de la sustancia fotosensible: en primer lugar, se aplica una crema con la sustancia fotosensible en la zona a tratar. Esta sustancia es absorbida por las células anormales de la piel, dejando las células sanas prácticamente intactas.
  2. Periodo de absorción: tras un período de tiempo específico, que puede variar según el tipo y la ubicación de la lesión, el fotosensibilizante se absorbe adecuadamente en las células dañadas y puede procederse a la activación del mismo mediante la exposición a una fuente de luz. 
  3. Periodo de activación: el fotoensibilizante es activado mediante una fuente de luz determinada. Dependiendo de la modalidad utilizada, esta luz puede provenir de una lámpara LED (en la modalidad de TFD convencional) o de la propia luz solar, que cuenta con todas las longitudes de onda (en la modalidad de TFD con luz de día). Cada modalidad tiene sus ventajas, desventajas e indicaciones, por lo que dependiendo del caso se aplicará una u otra modalidad. La exposición a la fuente de luz activa la sustancia fotosensible, generando radicales libres de oxígeno y creando una reacción que destruye las células anormales. Las células dañadas tratadas con la terapia fotodinámica se degradan y son eliminadas por el sistema inmunológico del cuerpo.
Terapia Fotodinámica para tratar Queratosis Actínicas. La sustancia fotosensibilizante se absorbe específicamente en las células dañadas, lo cual se puede comprobar gracias a la fluorescencia rojiza que se observa bajo una luz especial llamada “luz de Wood” (luz negra). Las zonas con captación corresponden a Queratosis Actínicas.

Indicaciones Principales

La TFD ha demostrado ser particularmente eficaz en el tratamiento de lesiones cutáneas superficiales y precancerosas, incluyendo:

  • Queratosis Actínicas (QA): son las lesiones precancerosas más frecuentes, que aparecen en zonas crónicamente expuestas al Sol. Si no se tratan, pueden dar lugar a un Carcinoma Epidermoide Cutáneo. La TFD es un tratamiento con una muy elevada evidencia científica en el tratamiento de estas lesiones, y resulta particularmente útil cuando se presentan en áreas extensas o de difícil acceso.
  • Carcinoma Basocelular (CBC): la TFD es una alternativa que puede considerarse en casos de CBC de bajo riesgo, como el CBC superficial, donde es altamente eficaz y tiene muy buenos resultados estéticos al evitar cicatrices. No obstante, no debe plantearse en lesiones invasivas, infiltrativas o ubicadas en áreas de riesgo, como la cara (especialmente párpados, nariz, área periocular u orejas). Un mal uso de esta técnica puede provocar que un CBC quede parcialmente tratado, lo cual empeora el pronóstico a largo plazo al favorecer que las células sin tratar sigan creciendo, pudiendo ser asintomáticas durante años para dar la cara posteriormente. 
  • Carcinoma Epidermoide Cutáneo (CEC): la TFD es una de las primeras opciones de tratamiento en la Enfermedad de Bowen, es decir, el CEC in situ (que todavía no ha invadido la dermis). En estos carcinomas superficiales, la TFD ha demostrado una alta eficacia con resultados estéticos muy satisfactorios. No obstante, al igual que con el Carcinoma Basocelular, la TFD no puede utilizarse en casos invasivos, porque su penetrancia no es lo suficientemente fuerte. Es por ello que la valoración de TFD debe ser siempre realizada por un experto en cáncer de piel que pueda indicar otros tratamientos más agresivos en caso de ser necesarios, como la cirugía o la cirugía de Mohs.

Consideraciones importantes y Contraindicaciones

A pesar de sus ventajas, la TFD no es aplicable en todos los casos. Algunas consideraciones cruciales incluyen:

  • Fotosensibilidad: pacientes con fotosensibilidad extrema o enfermedades fototóxicas pueden no ser candidatos apropiados.
  • Embarazo y lactancia: La TFD no está indicada durante el embarazo debido a la falta de estudios sobre sus efectos en el feto. Durante la lactancia, se deben considerar cuidadosamente los riesgos y beneficios.
  • Alergia a componentes de la TFD: reacciones alérgicas a los fotosensibilizantes o a otros componentes del procedimiento contraindican su utilización.
  • Carcinomas invasivos u otros tipos de cáncer de piel: la TFD es un tratamiento con una escasa penetrancia, lo cual favorece la recuperación y el resultado estético en carcinomas superficiales, pero puede dejar parcialmente tratados los carcinomas invasivos, lo cual empeora su pronóstico. Además, la TFD no es útil en otros tipos de cáncer de piel, como el melanoma.  

Es crucial que la decisión sobre el tratamiento sea tomada en consulta con un dermatólogo especializado, quien realizará una evaluación exhaustiva de cada caso individual.

En conclusión, la Terapia Fotodinámica es una herramienta valiosa en el repertorio de tratamientos dermatológicos, especialmente en el manejo de neoplasias cutáneas superficiales y queratosis actínicas. No obstante, su indicación debe ser personalizada según las características de cada paciente y sus lesiones. El Dr. Darío de Perosanz es un dermatólogo especializado en todo tipo de cáncer de piel, que lleva a cabo desde terapias tópicas y conservadoras, como la Terapia Fotodinámica, hasta procedimientos quirúrgicos definitivos como la Cirugía de Mohs. Si estás considerando este procedimiento o deseas más información, no dudes en agendar una consulta para una evaluación detallada y personalizada.